sábado, 5 de enero de 2013

Y un día volví...

Y un día volví... porque leí algo hermoso...que me emocionó y quería compartirlo...
Para que todos tengan siempre una ilusión...
Para que no dejen de creer en la magia...
Espero que les guste...
Se la dedico a Lila... ella sabe...

Carta del abuelo a los Reyes Magos
    Melchor, Gaspar y Baltasar. ¿Por qué no he de creerlo, hijo? Un amigo mío les pidió la Luna reflejada en un charco y se la han traído.
     Cuando yo tenía seis años y era pobre, les pedí un juguete. Me trajeron el mar. Papá, tan asombrado como yo, dijo: nunca había visto nada tan grande ni tan divertido.
     Otro año, les pedí otro amigo y así seríamos siete, cinco en la cancha y dos en el banquillo, por lo que pudiera pasar. Les pedí un amigo de un metro y mucho de alto, todo un pívot.
We 3 Kings of Orient
    
Cuando vuelva a ser niño, a la hora de pedir, en la noche de los prodigios, pediré que me dejen tener un perro, que a mamá, el día 24 de todos los meses, aún le queden dos panes en la despensa y que papá vuelva a casa y sonría.
     Cuando sea niño, a la hora de pedir, pediré que los mapas políticos cambien por las buenas, que cada uno pueda colorearlos como quiera, con los colores que más le gusten y que todos quepan en el mismo libro.
     Mi padre, hijo, pedía los vientos de marzo, las lluvias de abril, las amapolas de junio, ver madurar el trigo y que el alcalde fuese un hombre honrado.
     Cuando sea niño, a la hora de pedir, pediré motivos para cantar contento, que la niña del pomar vuelva a sonreírme, que nazcas tú, pediré una canción, una sonrisa y un beso, un amigo y, en todo caso, hijo, un vaso de buen vino.
     Cuando sea niño, a la hora de pedir, pediré cosas que no se rompen, ni se oxidan, ni aburren, cosas que se quedan en la memoria, en tanto vuelva a ir de niño a viejo y para siempre, seguro que por los siglos de los siglos. Amén.
     Esta es la carta que mi abuelo escribirá a los Reyes Magos cuando vuelva a ser niño.
Juan Farias
Grecascirculos
Hemos hablado en muchas ocasiones de Juan Farias en Biblioabrazo porque nos gusta lo que escribe, lo que nos cuenta y cómo llega a nuestro corazón y a nuestras ideas.
Juan Farias fué un gallego marinero y escritor de lo cotidiano que siempre perdura, como lo que acabamos de leer.

lunes, 1 de octubre de 2012

Un son...



Me encanta ...
Hoy publicaron "Son para niños antillanos" en Facebook y quería compartirlo en la voz de Mariana Baggio...

UN SON PARA NIÑOS ANTILLANOS
Nicolás Guillén

Por el Mar de las Antillas
anda un barco de papel:
anda y anda el barco barco,

sin timonel.
De La Habana a Portobelo,
de Jamaica a Trinidad,
anda y anda el barco barco
sin capitán.
Una negra va en la popa,
va en la proa un español:
anda y anda el barco barco,
con ellos dos.
Pasan islas, islas, islas,
muchas islas, siempre más;
anda y anda el barco barco,
sin descansar.
Un cañón de chocolate
contra el barco disparó,
y un cañón de azúcar, azúcar,
le contestó.
¡Ay, mi barco marinero,
con su casco de papel!
¡Ay, mi barco negro y blanco
sin timonel!
Allá va la negra negra,
junto junto al español;
anda y anda el barco barco
con ellos dos.





Aquí les dejo otro enlace de un video con la versión completa que no pude subir...
Qué lo disfruten!!! Ojalá les guste tanto como a mí!!


sábado, 15 de septiembre de 2012

Lo había olvidado...

Encontré este cuento en Facebook, me acordé que era uno de mis favoritos cuando 

comencé a crecer... y buscando en Google, encontré una foto del libro ¿ No es hermosa la

ilustración? 

LA MANCHA DE LA HUMEDAD de Juana de Ibarbourou 

 

Hace algunos años, en los pueblos del interior del pais no se conocía el empapelado de las paredes. Era éste un lujo reservado apenas para alguna casa importante, como el despacho del Jefe de Policía o la sala de alguna vieja y rica dama de campanillas. No existía el empapelado, pero si la humedad sobre los muros pintados a la cal. Para descubrir cosas y soñar con ellas, da lo mismo. Frente a mi vieja camita de jacarandá, con un deforme manojo de rosas talladas a cuchillo en el remate del respaldo, las lluvias fueron filtrando, para mi regalo, una gran mancha de diversos tonos amarillentos, rodeada de salpicaduras irregulares capaces de suplir las flores y los paisajes del papel más abigarrado. En esa mancha yo tuve todo cuanto quise: descubrí las Islas de Coral, encontré el perfil de Barba Azul y el rostro anguloso de Abraham Lincoln, libertador de esclavos, que reverenciaba mi abuelo; tuve el collar de lágrimas de Arminda, el caballo de Blanca Flor y la gallina que pone los huevos de oro; vi el tricornio de Napoleón, la cabra que amamantó a Desdichado de Brabante y montañas echando humo, de las pipas de cristal que fuman sus gigantes o sus enanos. Todo lo que oía o adivinaba, cobraba vida en mi mancha de humedad y me daba su tumulto o sus líneas. Cuando mi madre venía a despertarme todas la mañanas generalmente ya me encontraba con los ojos abiertos, haciendo mis descubrimientos maravillosos. Yo le decía con las pupilas brillantes, tomándole las manos:
-Mamita, mira aquel gran río que baja por la pared. ¡Cuantos árboles en sus orillas! Tal vez sea el Amazonas. Escucha, mamita, cómo chillan los monos y cómo gritan los guacamayos.
Ella me miraba espantada:
-¿Pero es que estás dormida con los ojos abiertos, mi tesoro? Oh, Dios mio, esta criatura no tiene bien su cabeza, Juan Luis.
Pero mi padre movía la suya entre dubitativo y sonriente, y contestaba posando sobre mi corona de trenzas su ancha mano protectora:
-No te preocupes, Isabel. Tiene mucha imaginación, eso es todo.
Y yo seguía viendo en la pared manchada por la humedad del invierno, cuanto apetecía mi imaginación: duendes y rosas, ríos y negros, mundos y cielos. Una tarde, sin embargo, me encontré dentro de mi cuarto a Yango, el pintor. Tenía un gran balde lleno de cal y un pincel grueso como un puño de hombre, que introducía en el balde y pasaba luego concienzudamente por la pared dejándola inmaculada. Fue esto en los primeros días de mi iniciación escolar. Regresaba del colegio, con mi cartera de charol llena de migajas de biscochos y lápices despuntados. De pie en el umbral del cuarto, contemplé un instante, atónita, casi sin respirar, la obra de Yango que para mí tenía toda la magnitud de un desastre. Mi mancha de humedad había desaparecido, y con ella mi universo. Ya no tendría más ríos ni selvas. Inflexible como la fatalidad, Yango me había desposeído de mi mundo. Algo, una sorda rebelión, empezó a fermentar en mi pecho como burbuja que, creciendo, iba a ahogarme. Fue de incubación rápida cual las tormentas del trópico. Tirando al suelo mi cartera de escolar, me abalancé frenética hasta donde me alcanzaban los brazos, con los puños cerrados. Yango abrió una bocaza redonda como una O de gigantes, se quedó unos minutos enarbolando en el vacío su pincelque chorreaba líquida cal y pudo preguntar por fin lleno de asombro:
-¿Qué le pasa a la niña? ¿Le duele un diente, tal vez?
Y yo, ciega y desesperada, gritaba como un rey que ha perdido sus estados:
-¡Ladrón! Eres un ladrón, Yango. No te lo perdonaré nunca. Ni a papá, ni a mamá que te lo mandaron. ¿Qué voy a ahacer ahora cuando me despierte temprano o cuando tía Fernanda me obligue a dormir la siesta? Bruto, odioso, me has robado mis países llenos de gente y de animales. ¡Te odio, te odio; los odios a todos!
El buen hombre no podía comprender aquel chaparrón de llanto y palabras irritadas. Yo me tiré de bruces sobre la cama a sollozar tan desconsoladamente, como sólo he llorado después cuando la vida, como Yango el pintor, ma ha ido robando todos mis sueños. Tan desconsolada e inútilmente. Porque ninguna lágrima rescata el mundo que se pierde ni el sueño que se desvanece... ¡Ay, yo lo sé bien!

miércoles, 22 de agosto de 2012

jueves, 9 de agosto de 2012

Soñar...

Soñar un mundo donde todos los niños sean felices...
Soñar un mundo donde todos los niños sean respetados...
Soñar un mundo donde todos los niños tengan una cama calentita ...
Soñar un mundo donde todos los niños tengan un plato de comida preparada con amor...
Soñar un mundo donde todos los niños tengan una familia que los mime y los proteja...
Soñar un mundo donde todos los niños tengan a alguien que antes de ir a dormir les cuente un cuento y les de un abrazo...
Soñar un mundo donde todos los niños sonrían y disfruten de la vida en estado puro...

Digital print of a children illustration painted with acrylics. Girl sleeping in the dark until something is happening very close.
La imagen ha sido realizada por  Valeria Cis
Su blog 
Su tienda 
Soñar un mundo...
... donde muchas personas hermosas de corazón como Eli hagan fiestas para celebrar la niñez!!!
Soñar no cuesta nada...
Y los sueños... sueños son...
Espero que algún día mis sueños se conviertan en realidad...
                           ...y todos los días podamos decir : "QUE TENGAN UN FELÍZ DIA NIÑOS!!!"